La preocupante tristeza de Mayra Gómez Kemp

Mayra Gómez Kemp, en 'La noche D'.
Mayra Gómez Kemp, en 'La noche D'.
RTVE
Mayra Gómez Kemp, en 'La noche D'.

Mayra Gomez Kemp afronta la recta final del año haciendo balance de una vida que se truncó el pasado mes de enero por la muerte de su marido, Alberto Berco. Un final del que no culpa a nadie pero que, tal vez, se podría haber evitado con la descongestión de unos servicios sanitarios que estaban al borde del colapso. Desde entonces, Mayra vive en un estado aletargado del que le es difícil salir.

No tiene fuerza para seguir adelante pero sabe que su marido tenía obstinación por la vida y que no puede fallarle. Estas navidades están siendo difíciles, pero no más que el resto del año.

Mayra ha recibido, como siempre, la llamada de las hijas de Alberto y de sus incondicionales, entre los que se encuentran Beatriz Carvajal y Fedra Lorente. Y, aunque ha recibido varias invitaciones para pasar los días más señalados de estas fiestas, las ha rechazado todas. "Me he autoconfinado, ya habrá tiempo", me escribe. Y aunque el Whatsapp no entiende de emociones, la nostalgia es tan explosiva que atraviesa la pantalla del teléfono y suena a llanto agónico.

La presentadora no ha podido vaciar los armarios ni deshacerse de aquellos recuerdos materiales que la mantienen unida a un amor que ni la muerte ha quebrado. Observa las fotografías de viajes compartidos y ojea con inconsolable pesar los libros que descansan en la biblioteca y que él leía y releía una y otra vez. Y aunque alguna vez se siente sola y los pensamientos funestos distorsionan cualquier emoción, mira al cielo, encoge los hombros, suspira y pide amparo.

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